En esta nueva publicación del blog de los dedales, os quiero enseñar este dedal de cerámica que me ha regalado una chica llamada Laura, de la comarca de El Bierzo. Ella es de esta comarca, y un día hablando me preguntó si tenía algún dedal de su zona, yo le dije que no y un día me apareció con un dedal de regalo. Muchísimas gracias Laura, por hacer tu aportación a mi colección, la verdad es que es un dedal muy chulo y me ha encantado. Os dejo algo de información sobre esta comarca.
El Bierzo (oficialmente El Bierzo, con el artículo) es una comarca administrativa compuesta de 38 municipios, conformada en 1991 a partir de la región natural española del mismo nombre situada en el tercio occidental de la provincia de León, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Geográficamente, El Bierzo se estructura alrededor de varios valles en la cuenca del río Sil, con individualidades de tipo geográfico que hacen que se les considere a su vez como subcomarcas o comarcas, según las fuentes. En la división territorial de 1822 se estableció la provincia del Bierzo, con capital en Villafranca, que estaba integrada por El Bierzo propiamente dicho, y las comarcas de La Cabrera (en su mitad occidental), Valdeorras y Laciana. Sin embargo, la división provincial de 1833 no recogió en la reestructuración territorial a la provincia berciana, que vio repartidos los territorios que integraban la provincia de 1822 entre las provincias de León (caso de El Bierzo, La Cabrera y Laciana), y Orense (caso de Valdeorras). El castellano es la lengua oficial y de uso más extendido, aunque también se habla, en menor medida, el gallego y el leonés, cuya hibridación ha dado lugar a un dialecto berciano con diversas variaciones locales.
Disfruta de un microclima mediterráneo suave, resultado de la combinación del clima atlántico y del mediterráneo continental. La pluviometría media anual no alcanza los 730 mm y la temperatura media es de 12,3 °C. La actividad económica se centra en la minería, la industria siderúrgica, la generación de energía y el sector agroalimentario, con producción de frutas, verduras, vinos y otros productos inscritos en la denominación de origen del Bierzo.
Historia.
Desde antiguo esta zona se ha individualizado por sus caracteres propios y va a tener siempre una consideración señorial y administrativa basada en su delimitación geográfica y su importancia estratégica como lugar de paso (Tomás Mañanes).
Paleolítico y Neolítico.
Existe un gran desconocimiento de la prehistoria y protohistoria en el Bierzo solo remediada, en parte, gracias a puntuales labores arqueológicas y la epigrafía. Hasta llegar a la época prerromana, de la que tenemos un conocimiento más preciso. Los hallazgos correspondientes a la Edad del Bronce o anteriores han sido casuales y no fruto de investigaciones o excavaciones arqueológicas. Esa ausencia de prospecciones arqueológicas motivó que algunos autores afirmaran que el Bierzo estuvo despoblado en el Paleolítico y en el Neolítico, afirmación desmentida actualmente con hallazgos que permiten certificar un doblamiento prehistórico del Bierzo. Se han encontrado numerosas piezas en las terrazas del río Cúa catalogadas entre el 300.000 y el 100.000 a. C. (la complicada orografía berciana debió de dificultar la comunicación y el comercio que en otras zonas, el caso de la Meseta, fue más habitual, dificultando la datación cronológica de las piezas). Existen varios hallazgos correspondientes al neolítico, sobre todo hachas pulimentadas en diversos lugares del Bierzo (Ancares, Ponferrada, Corbón del Sil).
Calcolítico y Edad del Bronce.
Se localizan restos de esta época, cerámica precampaniforme en la Cueva de las Tres Ventanas (Toral de los Vados) y destacar las pinturas rupestres halladas en las cercanías de Sésamo y Librán, posiblemente pertenecientes a esta época.
Existen variados hallazgos correspondientes a la Edad del Bronce (puntas de lanza, herramientas, cerámica,…), correspondientes a todas sus etapas intermedias. En esta época también se fechan, mayoritariamente, los Ídolos de Noceda del Bierzo y Villafranca del Bierzo, aunque hay dudas sobre tal datación.
Las características siguen siendo las de una economía de subsistencia que muy poco a poco reciben influencias exteriores, que va desarrollándose en la época siguiente.
Edad del Hierro.
En el Bierzo, como en el resto del norte peninsular se desarrolla la cultura castreña. El incipiente aperturismo en sus relaciones comerciales, avistado en la anterior etapa, se ve cortado tras la invasión romana de la Meseta en el siglo II a. C.
Son muchos los yacimientos y los hallazgos correspondientes a esta época. Ejemplos de castros son Castro Bergidum (cerca de Cacabelos) y el Castro del Chano (Chano, Fornela) entre otros muchos y entre los hallazgos diversos utensilios pétreos y metálicos destinados a distintas funciones y tesorillos como el del Castro de Chano.
Cultura castreña – El Bierzo prerromano.
Es difícil retratar la organización social de los pueblos prerromanos del norte peninsular, ya que, probablemente, los autores clásicos proyectaron el modelo social característico del área mediterránea anterior a los estados griego y romano. Según esos autores los pueblos prerromanos se agrupaban por lazos consanguíneos y de parentesco. Varias familias formaban una gentilitas o castellum (entre otros sustantivos sinónimos), varias de estas formaban una gens y varias gens formaban un pueblo.
Los romanos integraron, tras su conquista, el Bierzo dentro del pueblo astur, como así recogen la mayoría de investigadores y las crónicas de la época. Asimismo desconocemos cuáles fueron sus gens y sus gentilitas, aunque conocemos alguna de estas, como son los bolgenses, louciocelo, queledini y lougueos, encontradas estas pistas gracias a lápidas halladas en distintos lugares del Bierzo (esta mención epigráfica encuadra al Bierzo dentro del ámbito de la cultura castreña astur, en la que era frecuente esto, un hecho cultural, el castreño, compartido con otros pueblos prerromanos colindantes a los astures, como los galaicos o los vetones). Sobre la gens astures a las que pudieran pertenecer se desconoce, ya que no existen pruebas concluyentes, se habla de los superatios, orniacos, pésicos, de susarros y de los gigurros, que ocupaban el extremo oriental de la actual provincia de Orense y el suroeste de la comarca del Bierzo en la actual provincia de León. El nombre de la hoy comarca de Valdeorras es una continuación del nombre de tal pueblo (Giorres, Eurres y Iorres en la Alta Edad Media, más tarde Vallem de Iorres, y hasta el siglo XIX Valdiorres, que alternará con Valdeorras), pero los límites antiguos son desconocidos. Su capital era «Forum Gigurrorum«, cerca de A Rua; de estos últimos algunos autores, deduciéndolo de la obra de Plinio, creen desprender que esa es la gens a la que pertenece la población que habitaba la mayor parte del Bierzo. Otros autores hablan de la gens Bergidense pero no existe ninguna referencia hasta la Edad Media de la utilización de esta denominación para referirse a los habitantes del Bierzo.
Periodo romano.
La inserción del Bierzo en el mundo romano se hizo rápidamente, resultando de las riquezas auríferas de la zona (Las Médulas, entre otras explotaciones auríferas) multitud de cambios tanto en la organización social como en la económica y en la geográfica, desplazándose núcleos de población y creándose nuevas ciudades (Interamnium Flavium).
Este proceso no fue continuo sino que se desarrolló en diferentes etapas, convirtiéndose el Bierzo en una cantera abierta, con las consiguientes infraestructuras encaminadas a tal fin sin que la cultura romana llegara a ser más que un barniz que desaparecería al desaparecer el Imperio romano.
Son numerosos los yacimientos arqueológicos correspondientes a esta época, hay que destacar los yacimientos auríferos de Las Médulas, declarada patrimonio de la humanidad, Castropodame, y Paradaseca, entre otros, la romanización de numerosos castros como el Castrelín de San Juan de Paluezas y ciudades como Bergidum (zona de La Edrada, Cacabelos) así como numerosísimos hallazgos: utensilios, epigrafías (ara de San Pedro de Trones) y el Bronce de Bembibre (un edicto en bronce del emperador Augusto) que ha permitido un mayor conocimiento de las relaciones y pactos del Imperio romano con las tribus indígenas. El Bierzo perteneció al Convento Asturicense, con capital en Asturica Augusta, el cual formaba parte desde el siglo I. a.C de la provincia Tarraconensis, si bien a raíz de las reformas de Diocleciano, en el año 298, dicho convento fue asignado a Gallaecia, provincia de nueva creación desgajada de la Tarraconensis.
Alta Edad Media.
Tras la entrada de los pueblos germanos en la península, los suevos y los vándalos asdingos (que posteriormente se trasladarían a la Bética) se instalaron en la antigua provincia romana de Gallaecia, en la que se incluía el Convento Asturicense del que formaba parte el territorio del Bierzo. La información sobre el periodo suevo es muy escasa, se sabe que el Bierzo estaba dentro de ese territorio por el Parrochiale Suevum y algunos hallazgos arqueológicos.
El dominio suevo sobre el Bierzo termina tras una serie de sucesos que comienzan en la sublevación de Aspidio contra el rey visigodo Leovigildo, apoyado aquel por el rey suevo Miro que muere tras apoyar al hijo de Leovigildo, Hermenegildo contra su padre. Tras 177 años los visigodos acabaron con el reino suevo. Del dominio visigodo del Bierzo existe mayor información, proporcionada esta tanto por fuentes escritas, como por ejemplo la Vida de san Fructuoso, escrita, probablemente por san Valerio, y otras obras de este Santo como por distintos restos arqueológicos y hallazgos numismáticos de importancia como son dos monedas, una que corresponde al rey Sisebuto en cuyo anverso puede leerse Bergio Pius, haciendo referencia a Castro Bergidum donde existió un enclave visigodo y un tremisse encontrado en el castillo de Ponferrada de Recesvinto.
Gracias a la Vida de san Fructuoso conocemos que el padre de este era dux de Gallaecia y que muchas de sus propiedades se encontraba en una zona de esa provincia llamada el Bergidensis territori (territorio Bergidensi).
Lo más destacado de esta época es la creación de la denominada Tebaida Berciana, un florecimiento monástico en el Bierzo que llevó a numerosas fundaciones, siendo su principal artífice san Fructuoso, comenzando por el desaparecido monasterio de Compludo, destacando asimismo la fundación del monasterio de San Pedro de Montes. Gracias a la fundación de estos centros monacales comienza a resurgir un tejido cultural que continuara en los siglos posteriores.
Desconocemos la evolución de los ciudades y los pueblos bercianos, probablemente las excavaciones arqueológicas que actualmente se están realizando en Castro Bergidum contribuyan a esclarecerlo, teniendo en cuenta que en ese emplazamiento se sitúa, a priori una ceca visigoda llamada Bergium.
De la dominación musulmana, tras la invasión de la península ibérica en el 711, tenemos poca información, se supone que tras la rápida ocupación peninsular por parte musulmana, se establecerían guarniciones encargadas de cobrar tributos.
Tras la batalla de Covadonga en 722, los reyes asturianos, tras controlar gran parte de Galicia intentan realizar lo mismo en territorio berciano. Bermudo I (o Vermudo I) cae derrotado en la batalla del río Burbia (Villafranca del Bierzo), hacia el 790, y abdica voluntariamente. Los monarcas asturianos no conseguirán un dominio sobre el Bierzo hasta los reinados de Alfonso II y de Ramiro I, habiendo antes pasado de manos musulmanas a cristianas, alternativamente el territorio berciano. De esta época quedan testimonios, más o menos legendarios, sobre distintas batallas situadas en el Bierzo, entre ellas la heroica toma del castillo de Sarracín (Vega de Valcarce), hecho que ha quedado reflejado en el escudo de dicho municipio.
Es en esta época, reinado de Ramiro I (842-850) cuando el Bierzo comienza a estar bajo dominio de condes, siendo el primero de ellos don Lorenzo y el más conocido el conde Gatón que repuebla numerosas zonas al este del Bierzo.
En el reinado de Alfonso III, el dominio sobre el Bierzo por parte de los monarcas asturianos parece asentado, pasando en el año 910 a ser el Reino de León.
En el resurgimiento del monacato berciano, tras el paréntesis de la invasión musulmana, destacan las fundaciones y refundaciones llevadas a cabo por san Genadio de Santiago de Peñalba y del monasterio de San Pedro de Montes. Los monumentos y restos arqueológicos que conocemos son muy numerosos y el arte sacro berciano es muy destacado; como ejemplos la Cruz de Peñalba y el Cáliz y la Patena del Abad Pelayo.
El Bierzo feudal.
Este periodo de transición abarca desde finales del siglo IX hasta el siglo XIII, inclusive.
Entre el periodo alto medieval y el bajo medieval del Bierzo se viene distinguiendo, habitualmente, por los historiadores, una etapa denominada, el Bierzo feudal.
Se trata de una denominación socioeconómica, en la que unos grupos poseen la tierra y otros la explotan, basándose la economía en la explotación agraria y ganadera. Solo a partir del siglo XII se produce una progresiva diversificación de la economía, ampliándose a la minería y transformación de los recursos minerales (ferrerías), la pesca y comenzando a desarrollarse el comercio a través de ferias y mercados y pequeños «empresarios» dedicados a la compra-venta-transporte de mercaderías.
La propiedad se concentra en pocas manos realizándose una distinción entre propiedades de carácter eclesiástico, cuyos principales exponentes son los monasterios de San Pedro de Montes y de San Andrés de Vega de Espinadera (benedictinos) y el Santa María de Carracedo y de San Miguel de las Dueñas (cistercienses), y propiedades de realengo y nobiliar, sin olvidar el papel desempeñado por las órdenes militares de Santiago, el Hospital y el Temple. La pérdida de propiedades y relación de dependencia de los campesinos y concejos genera conflictos entre estos y los señores.
Administrativamente, hasta el año 910 el Bierzo se integraba en el Reino de Asturias, y en el de León entre el 910 y el 1230; a partir de ese año se incluye en la Corona de Castilla. A partir de 1187 el Bierzo pasa a ser señorío, y tiene por señor a Velasco Fernández, pasando, a principios del siglo XII a tener gobernadores, uno de los más conocidos fue el conde Gonzalo Peláez y en el año 1243 aparece, como merino del Bierzo, García Carnota. El Bierzo en este periodo se articula en tenencias como Ancares, Ulver, Boeza, Aguiar, Valcarce, y tenencias de un ámbito territorial más reducido en las que las villas se incluyen dentro de otra mayor tenencia mayor). A partir de mediados del siglo XIII estas tenencias dan paso a las merindades mayores que terminaran convirtiéndose, posteriormente, en adelantamientos.
Numerosos ejemplos artísticos quedan de esta época, destacando el monasterio de Santa María de Carracedo y el castillo de Ponferrada (en las partes que corresponden a este periodo) y la iglesia de San Miguel de Corullón, en cuanto a edificaciones y numerosas representaciones marianas y de crucificados de gran valor artístico como el Calvario de Corullón.
Baja Edad Media.
La Baja Edad Media en el Bierzo se caracteriza, principalmente, por la crisis de los señoríos monásticos y el auge, muchas veces a costa de estos, de los laicos, personificados en la figura de ciertos nobles que utilizan la encomienda como instrumento para usurpar muchos de los bienes de los señoríos monásticos.
Destacar entre los señoríos laicos el de Bembibre, comenzado en 1304 por Alfonso de la Cerda (nieto de Alfonso X), integrado, al principio, en la Casa de Medinaceli; y el de Villafranca del Bierzo que corresponde a la familia de los Osorio, «integrado» en el condado de Lemos, posteriormente se convirtió en marquesado.
La guerra de las comunidades que asola toda todo el territorio de la Corona de Castilla en el siglo XVI tiene escasa incidencia en el Bierzo, si bien el Corregimiento de Ponferrada toma partido por la Corona.
Administrativamente hemos de tener en cuenta, el Bierzo que pasa, a mediados del XIII, de las tenencias a las Merindades Mayores la fragmentación territorial que suponen los señoríos de la que se libra la villa de Ponferrada, comprada por los Reyes Católicos en 1486, constituyéndose en Corregimiento en 1494 hasta el año 1780.
Como expresión de la singularidad del Bierzo, y su fuerte identidad desde antiguo, cabe reseñar la carta enviada al ayuntamiento de la ciudad de León, en 1567, y que continúa una correspondencia de Diciembre de 1563 de similar intención, solicitando que la provincia del Bierzo se separe del Adelantamiento de León, argumentando tal pretensión en la lejanía geográfica, pidiendo que la audiencia (de los negocios del Bierzo) se atiendan en la persona del corregidor de Ponferrada y para hacerlo pretenden pedirlo «por capítulo de Cortes». Pero dicha formulación es rechazada por no tratarse la ciudad de Ponferrada de ciudad con voto en Cortes.
En el apartado artístico, los edificaciones militares tienen una importancia relevante dado el poder de los señoríos. Destacar entre ellos el de Ponferrada, que crece enormemente en tamaño conservando gran parte de sus muros originales templarios (siglos XI-XII), Castillo de Cornatel, de Sarracín de Autares, Balboa…
El Antiguo Régimen.
El Antiguo Régimen abarca desde el siglo XVI hasta principios del XIX. Se le ha dado en llamar, también, feudalismo desarrollado ya que conserva muchas de las características medievales.
En el Bierzo se suceden sucesivos cambios demográficos a lo largo de este periodo, épocas de crecimiento, estancamiento y descenso, debido a respectivas etapas de bonanza y crisis económicas producidas estás por malas cosechas y pestes y es que el Bierzo sigue siendo principalmente agrario, siendo la vid su principal producto, y en las zonas montañosas ganadero, heredando del periodo medieval el minifundismo y la gran cantidad de tierras en manos de eclesiásticos. Hay que destacar la introducción en este periodo (siglo XVII) de uno de los productos que tendrá mayor fama y calidad, el pimiento.
El comercio continúa en un desarrollo incipiente. Ferias y mercados marcan la actividad comercial en las principales villas (Ponferrada, Bembibre, Villafranca del Bierzo y Cacabelos) en las que hay tenderos y algún mercader y se desarrolla el comercio ambulante gracias a ancareses y fornelos a pesar de la precariedad de las vías de comunicación y los impuestos al atravesar las fronteras internas, llamados pontazgos, portazgos y algún otro de distinta naturaleza.
En el sector industrial destaca la industria textil, aunque numerosas veces no cubre más que el autoabastecimiento. En Bembibre y en la merindad de Cornatel se elaboraban unos paños de lienzo blanco llamados bierzos que tuvieron gran éxito y reconocimiento y se comercializaron fuera del Bierzo con gran demanda. También destacan las numerosas ferrerías (herrerías) algunas con una producción significativa que llevó a intentar producir acero e incluso una fábrica de armas, en 1779, en Villafranca del Bierzo.
La sociedad está organizada en tres estamentos: clero, nobleza y el pueblo llano o Estado llano.
El primero, el clero, aparte de su gran influencia ideológica y cultural, acentuada por su riqueza patrimonial, están exentos de pagar impuestos y su gran cantidad proporcional, respecto al resto de la sociedad, de personas que forman parte de este estamento, unas 1000 a finales del siglo XVIII, refuerza su poder e influencia.
El caso de la nobleza es distinto, ya que en este estamento caben desde los Grandes de España hasta los hidalgos. Es especialmente significativo el gran número de personas que formaban parte del estamento de la nobleza en esta región a finales del siglo XVIII, se estima que en el Bierzo el 50% de las personas se incluían en dicho estamento, aunque de ellos la mayoría eran simples hidalgos. La mayor parte de estos malvivía de pequeñas explotaciones agrarias de casi subsistencia, ocultando esa situación bajo ese título de «baja» nobleza.
El Estado llano, el tercer estamento, lo formaban, aproximadamente, a finales del siglo XVIII, el 38% de la sociedad (sin contar parte de los hidalgos que, como hemos señalado, tendrían más que ver con este estamento que con el de la nobleza). Lo formaban labradores, artesanos y comerciantes que sobrevivían a pesar de sufrir las mayores cargas impositivas.
El Partido de Ponferrada.
Durante los siglos modernos y hasta las reformas del siglo XIX, el Bierzo formó parte de la Intendencia de León, que agrupaba al Principado de Asturias y a los Partidos de León y Ponferrada. En lo que concierne al Bierzo actual, se incluía dentro del Partido de Ponferrada el cual incluía otras zonas que hoy no forman parte del Bierzo: parte de la Merindad de Aguiar, la actual comarca de Valdeorras y la jurisdicción de Lucillo. Este Partido era gobernado desde Ponferrada, villa realenga, por un corregidor de nombramiento real, subdividiéndose el Bierzo en merindades, cotos, concejos, jurisdicciones. Aún dependiendo del núcleo «central», Ponferrada, estas subdivisiones eran, en la práctica, casi autónomas, siendo señoríos laicos o eclesiásticos en su mayoría y unos pocos habían conseguido jurisdicción propia.
La provincia del Bierzo.
Tras la jura de la Constitución de 1812 por el rey el 9 de Marzo de 1820 se inicia en las Cortes un nuevo proceso, con carácter de urgencia, de organización administrativa del Reino, nombrándose una comisión.
La creación de la provincia del Bierzo —denominada en la época «provincia del Vierzo«— suscita varios problemas entre los que destaca la rivalidad entre las dos principales ciudades de la región: Ponferrada (468 vecinos) y Villafranca del Bierzo (690 vecinos) (entonces Villafranca del Vierzo), enfrentadas desde la guerra, representando la primera a los nuevos poderes económicos, la nueva burguesía (comerciantes e industriales), y la segunda a los poderes tradicionales del Antiguo Régimen (pequeña nobleza, terratenientes, clericatura). Ambas ciudades ponen todos sus recursos y argumentos al servicio de la obtención de la capitalidad provincial.
En el proyecto de división provincial del cartógrafo mallorquín Bauzá y del ingeniero Larramendi de 1821, se contemplaba la creación de la provincia de Ponferrada. En Septiembre de 1821 la comisión encargada decide constituir la provincia del Vierzo, pero aún queda por determinar la capitalidad comenzándose el debate en sí, el 10 de Octubre, buscando las dos candidatas apoyos y argumentos hasta el último momento, resultando que el 15 de Octubre prevalecen los argumentos de Villafranca del Bierzo que pasa a ser la capital. El 16 de Octubre de 1821 se publica en la Gaceta de Madrid la aprobación en Cortes Extraordinarias de la nueva provincia, festejada en Villafranca con «repique de campanas, iluminación en todas las casas y fuegos artificiales», dando las gracias el 2 de Diciembre por la designación (es documentos posteriores también se refiere a esta provincia con la denominación de «provincia de Villafranca«).
El 27 de Enero de 1822 se publica el decreto por el que el Bierzo se convierte en provincia y en el que se fijan sus límites. Cuenta entonces con 86.365 habitantes y ejerce su jurisdicción sobre los partidos judiciales de Villafranca del Vierzo, Ponferrada, Toreno, y Valdeorras, limitando al norte con Asturias (hasta el puerto de Leitariegos), al este con León (la línea divisoria será la cuenca hidrográfica del Sil), al sur con Zamora (el límite será la sierra de la Cabrera) y al oeste con Lugo y Orense (la frontera será el antiguo límite de Galicia).
Al quedar partido el eje del Sil por el norte, posteriormente, el 31 de Agosto de 1822, una Comisión de las Diputaciones de León, Orense y Villafranca (Vierzo) concluyen que se debe rectificar y ampliar esta última hasta el Monasterio de Carrasconte (en el límite con Babia) quedando toda Laciana (en la división previa dividida entre dos provincias) en la provincia del Vierzo y «las Babias» (sic) en la de León más otros pequeños cambios en los otros puntos cardinales, dicho acuerdo se traslada a Cortes para su aprobación.
En líneas generales los límites de la provincia coinciden con el mapa de 1786 aquí representado, más la comarca de Valdeorras.
Un nuevo «arreglo» administrativo en el año 1832 incluye al Bierzo como «provincia segregada de Orense y León«, el 30 de Noviembre de 1833 se designa una nueva división territorial, creada por Javier de Burgos, en la que el Bierzo actual queda integrado en la provincia de León, mientras que la comarca de Valdeorras pasa a ser parte de la provincia de Orense.
(27/05/2016)