Dedal de Cerámica Panorámica de Aranda de Duero (Burgos).
Hoy os traigo otro dedal, un dedal de cerámica que me traje de nuestra visita al municipio de Aranda de Duero, en la provincia de Burgos. Este es el único municipio de esta provincia que he visitado por el momento y quería festejarlo trayéndome unos cuantos dedales para añadirlos a la colección. Este dedal lo conseguí en la tienda llamada «La Amuebladora», situada en la Plaza del Trigo del municipio.
Aranda de Duero es una ciudad de la provincia de Burgos, en el Partido judicial de Aranda de Duero. Capital de la comarca de la Ribera del Duero, en Castilla y León, España. Se encuentra ubicada al sur de la provincia. Cuenta con una población de 32.523 habitantes (2018), siendo el tercer municipio no capital de provincia más poblado de Castilla y León.
La ciudad acoge las sedes centrales de las multinacionales Grupo Leche Pascual y Glaxo Wellcome (GlaxoSmithKline) y la sede del Consorcio turístico Ruta del Vino Ribera del Duero. Produce vinos de la D.O. Ribera del Duero y en su momento fue la primera localidad de Castilla y León en producir cava con denominación de origen.
Históricamente es conocida por haberse celebrado en 1473 el Concilio de Aranda, con presencia de la todavía princesa Isabel I de Castilla. También por el Plano de Aranda, realizado en 1503, siendo el mapa urbano más antiguo de España y el documento cartográfico más antiguo del Archivo General de Simancas, en el cual se basaron para el desarrollo de las ciudades del Nuevo Mundo recién descubierto por la Corona de Castilla. Por Aranda además cruza la Cañada Real Segoviana, desde 2007, incluida en la lista indicativa de la Unesco, como futura candidatura a Patrimonio de la Humanidad.
En el plano turístico es especialmente conocida por su gastronomía, sus vinos de D.O. Ribera del Duero, habiendo acogido su Consejo Regulador durante los primeros años, el lechazo asado y la morcilla de Aranda. De su patrimonio arquitectónico destacan las iglesias de Santa María la Real, y de San Juan, hoy museo sacro, el Santuario de San Pedro Regalado, la Iglesia de San Nicolás de Bari, los 7 km de Bodegas Subterráneas construidas entre los siglos XII y XVIII, que se encuentran en el subsuelo del casco antiguo de la ciudad y el Palacio de los Berdugo en el que se hospedó Napoleón en 1808. También son de interés la cercana ciudad romana de Clunia Sulpicia y el Monasterio de Santa María de La Vid. La Semana Santa de Aranda está declarada de «Interés Turístico Regional».
Es el 3.er polo industrial de Castilla y León, con 4872 trabajadores dedicados al sector, en 136 empresas, y la 1.ª ciudad en porcentaje: el 32,9% de la población activa (Dic 2007). En la ciudad se encuentran algunas de las mayores empresas de la Comunidad Autónoma: Grupo Leche Pascual (8.ª), GlaxoSmithKline (15.ª), Grupo Gerardo de la Calle – Artepref (167.ª), así como una gran factoría del grupo Michelin entre otras.
En 1990 celebró el Campeonato Mundial de BMX y en 2003 el Campeonato Mundial de Mushing sobre tierra. Durante los años 60 celebró el Festival Hispano-Portugués de la Canción del Duero, reputado festival internacional. Desde 1998 celebra el Festival Sonorama Ribera, el festival de música pop rock más importante de Castilla y León y referente nacional. Anualmente la ciudad acoge el Congreso Internacional Fine Wine de la D.O. Ribera del Duero, considerado el mayor encuentro internacional sobre vino y cultura. Y la Milla de Aranda, la «milla» deportiva más importante de España. En 2014 la capital ribereña fue elegida para albergar la XIX edición de la exposición de Las Edades del Hombre. Y en 2020 ha sido elegida como Ciudad Europea del Vino 2020.
Aquí os dejo alguna información sobre los edificios que se pueden ver en la panorámica que está representada en el dedal.
Iglesia de San Juan.
La iglesia de San Juan de Aranda de Duero (Burgos) es un templo católico construido entre el siglo XIV y el siglo XV. Fue declarada monumento nacional en 1982. En la actualidad no tiene culto y es un Museo de arte sacro de Aranda de Duero y la comarca Ribera del Duero.
Está situada en un pequeño promontorio, frente al puente románico que atraviesa al río Bañuelos.
En este edificio se celebró el Concilio de Aranda en 1473, bajo el reinado de Enrique IV, siendo convocado por el arzobispo de Toledo Alonso Carrillo de Acuña para combatir la ignorancia y la vida disipada de algunos clérigos.
Destacan en la iglesia:
- La portada gótica de nueve arquivoltas, con la imagen de San Juan en el tímpano.
- La capilla de las Calderonas, con un retablo renacentista.
- El retablo neoclásico del altar mayor, sufragado en parte por el mariscal de campo Antonio Gutiérrez de Otero (militar natural de la localidad, cuyo busto en bronce está emplazado frente a la torre de la iglesia).
En 2014 albergó la XIX edición de la serie de exposiciones de Las Edades del Hombre junto con la Iglesia de Santa María la Real, situada también en el centro de la ciudad. Las exposiciones coincidieron con el V centenario de la finalización de la fachada de estilo gótico isabelino de la Iglesia de Santa María la Real, terminada según los expertos entre 1514 y 1516.
Espacios temáticos del Museo Sacro Iglesia de San Juan:
- Introducción sobre historia, tradición y patrimonio.
- Luz de las gentes: la Iglesia.
- Protagonistas y testigos de la luz.
- Anticipo de la oscuridad y de gloria.
- Yo soy la luz del mundo.
- Vosotros sois mis amigos.
- A las puertas del Reino.
Río Duero.
El Duero (en portugués, Douro) es el río más importante del noroeste de la península ibérica. Nace en la falda sur del pico Urbión, a unos 2160 m sobre el nivel del mar, y desemboca en el océano Atlántico en el estuario de Oporto. Tiene 897 km de largo con 572 de recorrido en territorio español, 213 navegables por tierras portuguesas (canal de navegación del Duero) y 112 km de carácter internacional, al estar situada sobre él la frontera entre ambos países. Este último tramo es de singular belleza natural, en el que el cauce se estrecha y profundiza, formando los denominados arribes, cuyas márgenes han sido protegidas con la creación de los parques naturales del Duero Internacional en Portugal y de Arribes del Duero en España.
Posee la mayor cuenca hidrográfica de la península ibérica, al ocupar 98.073 km², de los que 78.859 km² corresponden al territorio español y 19.214 km² al portugués. La parte española incluye territorios de las comunidades autónomas de Castilla y León, Galicia, Cantabria, La Rioja, Castilla-La Mancha, Extremadura y Madrid, aunque algo más del 98% de la superficie corresponde a Castilla y León, comunidad en la que destaca por los cultivos de cereal, así como por la producción de vinos de gran calidad, destacando, sobre todo por su fama, los de la denominación de origen Ribera del Duero.
Administrativamente, discurre por las provincias españolas de Soria, Burgos, Valladolid, Zamora y Salamanca, y los distritos portugueses de Braganza, Guarda, Vila Real, Viseu, Oporto y Aveiro. El 14 de Diciembre de 2001, la región vitícola del Alto Duero, que cubre gran parte de su recorrido por Portugal y donde se cultivan las cepas del vino de Oporto, fue catalogada patrimonio de la humanidad por la Unesco, en la categoría de paisaje cultural.
Es el río de mayor caudal absoluto de la península ibérica. Tiene una tupida red de afluentes que recogen aguas de la cordillera Cantábrica, el sistema Ibérico y el sistema Central, todos ellos responsables de su elevado caudal. De todos ellos, los más importantes son el Pisuerga y el Esla, por el norte, y el Adaja y el Tormes, por el sur. Además, y con sus 897 km, es el tercer río más largo de la península, tras el Tajo y el Ebro.
Historia geológica.
Su origen geomorfológico está en una cuenca endorreica que acumuló sedimentos en un sistema lacustre central durante buena parte de la Era Cenozoica, hasta que se abrió un desagüe hacia el Atlántico. Esto pudo suceder bien mediante una captura fluvial desde el Atlántico (por erosión remontante), o bien por un cambio climático a condiciones húmedas que hiciera rebosar el nivel del agua en la cuenca. La actividad tectónica a partir de esos periodos no ha generado un relieve significativo y no podría haber contribuido sustancialmente a este cambio de drenaje. Posteriormente, y de un modo paulatino, se establecería la actual jerarquía fluvial de la cuenca. Se desconoce en qué momento tuvo lugar la apertura (exorreísmo) de la cuenca, pero la sedimentación lacustre masiva más reciente es de hace unos nueve millones de años.
Longitud y caudal.
Su longitud es de 897 km, de los que unos 213 km son portugueses, 112 km son fronterizos (internacionales) y el resto discurre en España, unos 572 km. Su cuenca pertenece, la mayor parte, a zonas de clima seco, aunque sus afluentes norteños recogen aguas de la cordillera Cantábrica, que es mucho más húmeda, además de las abundantes aportaciones de los ríos Tormes, Huebra y Águeda por el sur.
Su caudal medio, antes de desembocar en el Atlántico, en la estación de aforo de Oporto, oscila entre los 650 m³/s y los 675 m³/s, mientras que en la frontera entre España y Portugal es de 570 m³/s. La regulación natural es de 840 hm³/año y su coeficiente de escorrentía es del 31 %. No obstante, su caudal relativo es bastante bajo: en Oporto varía entre 6,6 y 6,7 L/s y por km². Sólo en su nacimiento su alimentación es de régimen pluvio-nival, pues antes de pasar por Soria ya es un río de régimen pluvial (propio de un clima mediterráneo continentalizado), con la crecida en Diciembre y en Marzo, y el estiaje en Agosto y Septiembre.
Perfil longitudinal.
El perfil longitudinal del Duero es abrupto entre la cabecera en los Picos de Urbión y Soria. Allí comienza el tramo meseteño de escasa pendiente sobre terrenos terciarios, por el ancho cauce y riberas adyacentes. Aguas abajo de Zamora, el Duero se encaja en un abrupto congosto, los arribes, por donde el río abandona la Meseta perdiendo bruscamente altura hasta las bajas tierras portuguesas. En los Arribes se localiza el complejo sistema hidroeléctrico integrado por los embalses de Ricobayo, Villalcampo, Castro, Almendra y los fronterizos de Saucelle y Aldeadávila.
Iglesia de Santa Marta.
La iglesia de Santa María la Real de Aranda de Duero (Burgos) fue construida entre el siglo XV y el siglo XVI.
En 2014 albergó la XIX edición de la serie de exposiciones de Las Edades del Hombre junto con la Iglesia de San Juan, situada también en el centro de la ciudad. Las exposiciones coincidieron con el V centenario de la finalización de la fachada de estilo gótico isabelino de la Iglesia de Santa María la Real, terminada según los expertos entre 1514 y 1516. Durante sus más de siete meses de duración, la exposición atrajo a más de 300.000 visitantes.
La iglesia actual está construida sobre una iglesia anterior, que era de estilo románico, de la que solo queda la torre. Se cree que el inicio de las obras se produjo en el año 1439 por los maestros de la Diócesis de Osma. Debido a que en 1473 se celebra un concilio en la pequeña iglesia de San Juan (situada a menos de un kilómetro de la iglesia Santa María) se cree que la iglesia Santa María no estaba acabada. En 1503 se crea un plano de la villa en el que se ve claramente que está acabada, aunque no poseía la portada gótico isabelina del siglo XVI y algunos detalles.
Interior. La iglesia es de estilo gótico flamígero, con planta en forma de cruz latina de tres naves, más una cuarta que se añadió como dependencias para cofradías. Se desconoce el nombre del tracista. Antiguamente tenía tres capillas. La nave central y el transepto tienen el techo un poco más elevado que en le resto de la iglesia. La iglesia posee bóvedas de crucería gótica que se asientan en pilares fasciculados con columnas adosadas. Su presbiterio es de forma poligonal y tiene dos puertas a cada lado, con arcos campanales. La puerta que está en la parte de la nave de la epístola tiene un arco conopial decorado con bolas y puntas de diamante típicas de Gótico isabelino. Para que el sitio esté iluminado hay vidrieras de ventanales y rosetones. Algunas vidrieras y rosetones tienen imágenes humanas y son probablemente del siglo XVII. La escalera de subida el coro fue construida por Sebastián de la Torre en el año 1523. Hay un retablo renacentista del siglo XVI y destaca un púlpito de madera así como la escalera que conduce al coro, que es de estilo mudéjar. La capilla que alberga la pila bautismal está enmarcada en un pórtico renacentista con decoración de estilo grutesco.
Retablo Mayor. Antiguamente la iglesia poseía ya un retablo, pero este se quemó en un incendio, por esta razón se solicitó la construcción del retablo actual. Este retablo fue encargado a los escultores Gabriel de Pinedo y Pedro Cicarte y a los pintores Clemente Sánchez y Bérnabé de la Serna. Está realizado con madera policromada. Se comenzó su realización en 1609 y se terminó en 1624. Tanto este retablo como su antecesor ocuparon el presbiterio. El nuevo retablo fue movido en el año 1962 por tres razones: el cambio de los usos litúrgicos a raíz del Concilio Vaticano II, la recuperación del aspecto original del ábside y por último para conseguir una mejor iluminación del templo al descubrir los tres ventanales que ocultaba el retablo. La estructura del retablo está formada por tres cuerpos, tres calles y dos entrecalles apoyadas en un banco, el cual está rematado por imágenes sobre los siguientes temas: la Presentación en el Templo, la visitación a su prima Santa Isabel, el Nacimiento de Cristo, la Circuncisión del Señor, la Adoración de los Reyes Magos y la Huida a Egipto. Es de estilo Romanista (una de las etapas tardías del Renacimiento), por lo que adelanta algún aspecto del Barroco. La figura principal del retablo es la Virgen María, la cual aparece a lo largo de todo el retablo excepto en las entrecalles, las cuales tienen a los siguientes Santos destacados: San Pedro, San Pablo, Santiago, San Juan, San Andrés y un Santo que no se ha podido identificar. Antiguamente el retablo remataba con un calvario y varias imágenes de santos. Actualmente el crucificado preside el presbiterio. En las naves laterales se encuentran varias figuras, entre las que destacan la Virgen y San Juan, estas figuritas estuvieron colocadas anteriormente en el ático del retablo. En el primer cuerpo de la calle central actualmente hay una imagen de San Pedro en su Cátedra, pero no era así originalmente. En el segundo cuerpo hay una pintura de la Virgen con el Niño, antiguamente estaba la Asunción, la cual está situada ahora en el lado izquierdo del presbiterio, dado que es la patrona de la iglesia. En el cuerpo más alto hay una pintura de una Dolorosa, la cual sustituye a una Coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad. En Santoyo (Palencia) existe un retablo muy parecido o igual a éste.
Púlpito. Hacia los años 1540 se decide realizar un nuevo púlpito con madera de nogal. Se cree que este es encargado a Miguel de Espinosa, Juan de Cambray y Francisco de Salamanca, aunque es posible que sea obra de Juan de Juni o Alonso Berruguete. Gracias al libro de Silverio Velasco se está seguro de que según los libros de la iglesia se pagó por el púlpito a Miguel de Espinosa y Juan de Cambray entre los años 1546 y 1547. También aparece el nombre de Francisco de Salamanca, para pintar el florón y a la Virgen de debajo del tornavoz. El púlpito tiene forma hexagonal y está apoyado en una delgada columna de orden clásico, se accede a él por unas escaleras estrechas. En él hay cinco relieves separados por frisos y pequeñas columnas. En el relieve del centro está San Juan Bautista y los otros cuatro están divididos en dos parte cada uno, en la de abajo aparece un padre de la Iglesia y en la de arriba un evangelista con su símbolo. Hay una pared adosada a otra pared que une al púlpito con el tornadoz. En la parte inferior de esta pared esta la imagen de Ecce Homo y arriba de esta está el escudo del obispo Acosta, quien se cree que fue el patrocinador. En cada lado de la parte superior hay dos aletones que tenían una función acústica, son de sección cuadrangular, en su parte inferior se representa a Eva y Adán. El tornavoz se divide en dos cuerpos. En el inferior hay diez santos representados, se cree que algunos son San Andrés, San Juan, San Pedro, Santiago, San Mateo. Todos con un libros menos San Juan. El segundo y superior cuerpo está ocupado por cinco santas, se cree que pueden ser Santa Bárbara, Santa Lucía, Santa Catalina, Santa Inés y Santa Cecilia. Lo remata la figura de la Virgen pisando una media luna. Este púlpito ha sido relacionado con el trascoro de la catedral de Palencia.
Escalera de Subida al Coro. Hacía 1520 se decide sustituir la vieja escalera de caracol, hecha de madera, por una escalera más impresionante que demostrara el esplendor económico que vivía Aranda en esa época. De estilo gótico flamígero, la escalera se realizó en trono a 1523. Se ha dudado mucho quién fue el creador de la obra. El historiador Mayer cree que Simón de Colonia pudo ser el autor de la obra, lo que no es nada probable, porque por 1520 ya había fallecido. Pedro Sanz Abad piensa que el autor pudo ser el hijo de Simón, Francisco de Colonia. También se ha dicho que el autor pudo ser Sebastián de la Torre, puesto que en los libros de la iglesia pone que fue pagado. Además, es posible que contara con Juan de la Torre, que probablemente era su hermano. Los dos juntos realizaron la galería alta situada en la fachada sur unos años después. La barandilla de la escalera está formada por tres tramos con cuatro paneles.
El primer tramo es inclinado y da paso al descansillo. El panel de este tramo es el más original y es de estilo mudéjar. La decoración está formada por lazos. Los trazos se entrecruzan y forman estrellas de ocho picos en las que se insertan unos florones que en la parte baja han desaparecido. Esto ha llevado a pensar que quizás el apellido «de la Torre» tuviera ascendencia mudéjar.
El segundo tramo corresponde al descansillo y está paralelo al suelo. Está decorado con circunferencias que están entrelazadas sobre un fondo calado, imitando formas vegetales. Este tipo de decoración es típica del Gótico Florido. Este panel es igual a uno de los de la escalera de la iglesia de San Nicolas de Bari Sinovas (realizada también por Sebastián de la Torre).
El tercer tramo es inclinado y está dividido en dos paneles. El primero posee una decoración basada en tres roleos con formas vegetales en el calado, también típica del Gótico Florido. El segundo panel tiene una decoración más abundante también con un calado vegetal.
La escalera tenía una escalera gemela en la nave de la epíscola algo más estrecha de caja. Pero está escalera gemela no permaneció después de la limpieza hecha en la iglesia en 1962, aunque si quedó un fragmento muy cerca del coro en el que se ve un panel que es casi igual al tercero de la escalera gemela y que está basado en roleos. La escalera está construida con estuco, material más duro e impermeable que el yeso. Sebastián de la Torre realizó esta obra tres años después de realizar la escalera de la Iglesia de San Nicolás de Bari en Sinovas, debido a esto ha corregido muchos errores, como el pasamanos, que en la iglesia de Sinovas no es lo suficiente alto y en la de Aranda si.
Cristo Yacente. El Cristo de la iglesia es de autor anónimo, pero está realizado por la algún antiguo miembro de la Escuela Vallisoletana. Está hecho de madera policromada y data del siglo XVII. Sus proporciones son de un hombre adulto. Es una talla de mucha calidad realizada de forma suave y modelada. En realidad este Cristo es anterior al siglo XVII, pero es en este siglo cuando se decide articularle los hombros para que pueda celebrar la ceremonia del Descendimiento. Además de esto, también se le inclinó la cabeza hacía adelante a la derecha y se le colocó una arandela en la espalada para poder adosarle a la cruz y se le cubrieron los párpados de los ojos con cera para dar la impresión de que estaba muerto.
Retablos barrocos. Debajo de la zona del coro hay cuatro retablos barrocos. Estos datan de la primera mitad del siglo XVIII y estuvieron adosados a columnas de la iglesia situadas a ambos lados del presbiterio. El traslado de los retablos a su posición actual se realizó en 1962.
El retablo dedicado a San Pedro en su cátedra está situado debajo de la escalera. Su talla se colocó en el retablo mayor para ocupar el hueco en el que estaba antes la talla de Nuestra Señora de la Asunción, colocada actualmente en el presbiterio. En este retablo barroco se colocó en su lugar una talla pequeña de la Virgen del Pilar.
El retablo dedicado a San Miguel Arcángel. En él hay una talla de San Miguel y tres pinturas: San Miguel en lucha con el demonio, La balanza de la Justicia y San Rafael acompañando al ciego Tobías.
El retablo de la Sagrada Familia. En él había una imagen del Niño Jesús, que desapareció en 1975, ha sido sustituida por una imagen de San Antonio de Padua. Tiene también tres pinturas que citan a la Presentación del Niño Jesús en el templo, La Anunciación y La Huida a Egipto.
El retablo dedicado a San Cristóbal. Posee una imagen de Santa Lucía.
Otros elementos.
- Altar.
- Cristo Crucificado.
- Pilas de agua bendita.
Exterior. Tiene un aspecto tan grande y majestuoso que se puede confundir con una catedral. Hace poco tiempo la torre y la fachada fueron restaurados.
Torre. Perteneciente a la iglesia de estilo románico anterior a la gótico, formaba parte del sistema defensivo de Aranda de Duero, que la construyó en el siglo XII como posible defensa de la villa ante las intrigas de los nobles o reyes. Aún a día de hoy son visibles los modillones salientes en el último de sus tres cuerpos, que sostenían el antepecho de la almena, uno de los puntos fuertes de la población amurallada. Más tarde fue cubierta con chapitel.
Fachada gótico-isabelina. Posee una fachada gótico-isabelina construida por Simón de Colonia, Juan de Gumas, Juan de Nóveda y un familiar de este último, aunque se cree que el que la terminó fue un hijo de Simón de Colonia, Francisco de Colonia. Esta fachada de ha convertido en uno de los emblemas de Aranda de Duero. Fue iniciada antes del año 1500 y terminada por el 1515, siendo la mejor muestra del esplendor económico de la ciudad en esa época. Es una obra del gótico tardía y cumple las funciones decorativa y teológica. La fachada tiene algunas zonas de los extremos cobijadas por un arco apuntado y el conjunto de la portada está coronado por una crestería. La figura central representa la escena del Calvario, esculpida en el hueco que deja una ampliación del arco exterior de la ojiva y a tamaño natural. A ambos lados del Calvario hay dos medallones que representan la Cruz a cuestas y la Resurrección del Señor, formados por baquetón de festón calado. Sobre ellos se sitúan dos escudos de Aranda en relieve. Y más arriba se hallan los escudos reales sostenidos por leones con águilas al lado. Entre los escudos arandinos y los reales están el yugo y las flechas, símbolos de la unión de Castilla y Aragón en Aranda de Duero. El arco de entrada es ojival, con festón calado. Hay una archivolta múltiple en la que hay labradas cardinas con animalitos fantásticos, que se alternan con dos órdenes de pequeñas capillitas de delicada filigrana en las que se representan un total de 28 santos y santas, algunos no identificados.
En el triángulo inferior, debajo de cada uno de los medallones laterales, se hallan los escudos del obispo de Osma Alonso Enríquez, primo de los reyes y que posiblemente fue el que dirigió el encargo de éstos y contribuyó con sus donativos.
La fachada está flanqueada por dos pináculos que poseen dos series de imágenes de santos, cubiertas en repisas apoyadas en repisas.
Las dos puertas que cierran los dos vanos formados por el parteluz son totalmente renacentistas y de madera de nogal. El parteluz posee en el frente una imagen de la virgen y sobre él se apoyan dos arcos rebajados que sostienen el tímpano, en el que hay cuatro escenas esculpidas en altorrelieve (en el sentido de las agujas del reloj, comenzando por la esquina superior izquierda): el anuncio del ángel a los pastores, cabalgata de los Reyes Magos, la adoración de los reyes a Jesús y el Nacimiento de Jesús.
Cada puerta está dividida en cuatro cuerpos, en cada cuerpo hay dos esculturas excepto en los superiores, en los que hay una en cada uno. Hay en total hueco para catorce representaciones, las cuales son San Pedro, San Pablo, San Juan, San Andrés, los Ángeles Cantores, la imposición de la casulla por la Virgen a San Ildefonso, la oración de Jesús en el Huerto, el Prendimiento de Jesús, la Entrada en Jerusalén, la Última Cena y el escudo de Don Pedro Álvarez de Acosta, obispo de Osma, posterior a Alonso Enríquez, que también fue donante. Los bajorrelieves originales de las puertas están en el Museo Sacro, dado su deterioro, y han sido sustituidos por copias fidedignas.
Casa de los Verdugo.
En el centro de Aranda de Duero en la provincia de Burgos, a 150 km de Madrid, en un cruce caminos, el Palacio de los Verdugo se presenta como un claro ejemplo de la arquitectura castellana del siglo XV. Destacan en el su fachada de piedra de sillería en la que figuras los escudos de las familias poseedoras del mismo, Durango, Tamayo, Mansilla y Verdugo, así como su patio porticado con doble balaustrada de columnas de madera. Su ubicación en el centro de Aranda lo convierte en un espacio singular y único en la Ribera del Duero.
Historia.
Los historiadores no se ponen de acuerdo en indicar cuando se dió a conocer Aranda a la historia, si bien se han encontrado en sus alrededores restos de épocas prerromanas, romana y visigótica. Estos debe entenderse como anexos o dependientes de las cercanas ciudades de Rauda o Clunia, nunca como una entidad propia. No es hasta entrado el siglo X, cuando se empieza a asegurar la frontera del Duero y se levanta un pequeño caserío con ermita en la denominada Colina de San Juan rodeada por los ríos Duero, Bañuelos y Arandilla, dando lugar al germen de lo que sería la villa de Aranda, tal y como relatan los anales complutenses y castellanos, así como el Cronicón Primero de Castilla que señala el año 912 como el momento en el que los condes castellanos repueblan la zona de la Extremadura castellana. Es esta una época en la que la amenaza musulmana está todavía muy presente y en más de una ocasión, se ha de abandonar el caserío para buscar refugio en los montes cercanos, así se llega al siglo XII cuando ya asegurada la frontera más allá del Tajo comienza el desarrollo urbano y político de la incipiente población, llegando a adquirir el título de villa realenga, esto dependiente directamente de la corona, privilegio otorgado por Sancho IV en Toledo el 1º de Febrero de 1291 y confirmado por Pedro I en 1329, son épocas estas en las que los habitantes de Aranda defienden esta condición de villa realenga frente a las ambiciones de la nobleza castellana ansiosa de hacerse con el control de la villa y su puente, punto fundamental para el paso de ganado y por tanto para el floreciente negocio de la lana que alcanzará su máxima expresión en los siglos sucesivos en la figura de la mesta.
El siglo XV será fundamental para la historia de Aranda, de España y de un personaje Don Martín de Durango, contador y administrador del Conde de Miranda. Este cargo le permitió acceso a la Corte y sus hábiles maniobras hacen que se fije en él el rey Don Juan II, le nombra Caballero de la Banda, Orden de Segunda Clase reservada a aquellos que han probado haber estudiado o combatido contra los moros por diez años, y le concede la guarda de su hijo el futuro Enrique IV el 16 de Abril de 1448. Don Martín, una vez elevado a la nobleza decidió construirse un solar digno de su nueva condición, buscó un solar adecuado en el Ensanche de Aranda, en la calle denominada Barrionuevo. El crecimiento de Aranda ha sobrepasado la primitiva muralla y crecen barrios extramuros, así en 1474 ante el escribano Diego López de Villareal, compra el citado solar y en 1482 ha terminado la construcción. Mientras se produce, esta Aranda es centro de la vida castellana, se está celebrando el Concilio de Aranda patrocinado por el obispo Francisco Vázquez de Acuña en 1473 y la futura reina Isabel pasa largas temporadas en Aranda, esto hace que se construyan casonas, se ensanchen calles, se adornen las iglesias, como la fachada realizada por Simón de Colonia para la Colegiata de Santa María y mejoren los caminos y servicios, es una época de florecimiento para la villa y de gran desarrollo económico y social, todo esto quedará plasmado en el plano de Aranda de Duero de 1503, primer plano urbano de una ciudad de España. En él ya se puede observar una traza urbana que se mantiene intacta hasta nuestros días y la mayoría de los edificios principales de la villa, así como la nueva muralla levantada en el siglo XV y sus puertas.
Los siglos XVI y XVII traerán de nuevo la Corte a Aranda. Los Austrias menores, principalmente Felipe III pasa largas temporadas en la Ventosilla, finca de caza cercana a Aranda, lo que hace que se instalen muchas familias nobles en Aranda, entre ellas llegan los Tamayo, que a través del matrimonio se hacen con el mayorazgo de los Durango e incorporan la Casa Palacio al suyo. Los Tamayo, regidores perpetuos de la villa y poseedores del derecho de portazgo, esto es el cobro de los derechos de paso de ganado por el puente de la villa, más refinados que sus predecesores, los Durango, reforman la casa, abren grandes ventanas y balcones abandonando la fisonomía de fortaleza de la casa e instalan en la fachada sus escudos de armas y privilegios, así llega el siglo XVIII y con él, el desarrollo social y económico de la mano de la agricultura, la ganadería y las industrias de la plata y de la tela, como atestigua el Marqués de la Ensenada en su célebre catastro.
El comienzo del siglo XIX traerá a Aranda a la familia de los Verdugo, provenientes de Arévalo, que por matrimonio incorporan a su mayorazgo la Casa Palacio de Aranda. Los Verdugo son pertenecientes a la denominada nobleza rural y destacan en el campo de la milicia. En el plano político se producen las nefastas alianzas de los Borbones españoles con Napoleón, esto producirá en los primeros meses de 1808 la entrada de las tropas francesas en España con el pretexto de la ocupación de Portugal. Aranda ya se configura como un importante cruce de caminos y paso obligado desde Francia hacia la capital, por lo que queda acantonada en ella una numerosa tropa extranjera. En la Casa de los Verdugo se alojan oficiales. Los sucesos del Dos de Mayo y la derrota en Bailén, ponen en fuga a José I y al ejército francés, pero será por poco tiempo porque el propio emperador toma el mando de las operaciones en la península. Acompañado de su «grande armee» penetra por Irún, toma Burgos, bate a los españoles en Gamonal y Espinosa y enfila el paso hacia Madrid. En Aranda, pasa tres días en Noviembre de 1808, alojado en la Casa de los Verdugo, esperando el momento propicio para forzar el paso de Somosierra y avanzar sobre Madrid. Don Eulogio Verdugo, acoge al emperador y como la mayoría de la nobleza española pone una vela a Dios y otra al diablo, mientras él tiene de huésped al emperador y muestra simpatía hacia el invasor, sus hijos prestan servicio uno como oficial de infantería destacándose en el segundo sitio de Zaragoza y el otro se une a la partida del empecinado. Sus conocimientos universitarios le harán pronto granjearse la confianza del guerrillero y llegará a ser su lugarteniente muriendo ahorcado en Cogolludo al ser capturado por los franceses. El célebre guerrillero mostrará en una carta dirigida a la Junta de Defensa Nacional en 1813, la pena que le supuso la pérdida de su lugarteniente.
Son años los de la guerra muy convulsos. En Aranda y en sus alrededores, operan las partidas del empecinado y el cura Merino e incluso Espoz y Mina baja en algún momento desde Navarra. Esto hace que en Aranda se acantone permanentemente una compañía de coraceros al mando del coronel Bremond para mantener el camino de Madrid a París seguro. Hechos todos contados magistralmente por la pluma de Pío Baroja en las Memorias de un hombre de acción. En «El Escuadrón del Brigante» relata incluso como tras la batalla de Milagros, el coronel Bremond herido se retira a Aranda quedando alojado en la Casa de Eulogio Verdugo.
La finalización de la guerra y la derrota del invasor no trajo la paz a la comarca. Son años convulsos. El rey Fernando VII pretende volver al Régimen Absolutista olvidando la Constitución de 1812. Se produce el levantamiento de Riego. En la comarca, personajes tan reconocidos como Juan Martín «El Empecinado», defienden la causa liberal, mientras que el cura Merino defiende la Absolutista. Los que en tiempos fueron aliados, hoy se enfrentan por los campos de la Ribera. El Trienio Liberal termina con la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis. El duque de Angulema, futuro Luis XVIII, al igual que años atrás hiciese el emperador, espera en Aranda el momento propicio para avanzar sobre Madrid. El trato que recibe en Casa de Don Eulogio es tan bueno que condecora a éste y a su hijo, también Eulogio, coronel del Regimiento Provincial de Burgos y afines a la causa Absolutista, con la orden francesa de la flor de Lys. La restitución de Fernando VII en su poder absoluto, no trajo la deseada paz, pues a los pocos años, al producirse su muerte, se produce el dilema sucesorio, y con él, la llegada de las Guerras Carlistas (Reunión de la Ventosilla), que lastrarán el desarrollo de España durante más de cuarenta años.
En la segunda mitad del siglo XIX, se produce un nuevo desarrollo urbano de Aranda. Se supera el trauma de la Guerra de la Independencia. Se derriban conventos en estado de ruina desde 1814. Un ejemplo es el Convento de la Veracruz, utilizado por los franceses como cuadra, en el que estuvieron alojados hasta cuatrocientos caballos. Se derriban las murallas y se amplían los puentes sobre el Duero. Todas estas obras y también la construcción de canales de riego, como el denominado Canal de María Cristina, que pone en riego toda la ribera, son obras auspiciadas por Don Diego Arias de Miranda y Goitia, él y su cuñado, Félix Verdugo Ortiz, protagonizan la vida política de Aranda hasta principios del siglo XX. La Guerra Civil no traerá a Aranda graves consecuencias al estar alejada de los frentes. La Casa Palacio de los Verdugo es utilizada como cuartel y al finalizar la guerra, sus propietarios piensan, debido a su estado, en incluso derribarla, sin embargo, Doña Marta Verdugo Seijas emprendió la restauración de la casa bajo la Dirección General de Patrimonio y Bellas Artes, finalizándose en 1965 y dándole la configuración actual. Por esas mismas fechas, Aranda fue considerada como polígono de descongestión industrial de Madrid, esto supuso la implantación de grandes empresas. La demanda de mano de obra y un crecimiento desproporcionado llevó a la villa a pasar de cinco mil a veinte mil habitantes en apenas diez años. Esto incidió en el desarrollo urbano, se crearon polígonos residenciales y se desarrolló una política urbanística nefasta que ha hecho que prácticamente la única casa que represente los momentos de esplendor vividos en los siglos XV y XVI en la villa, sea la citada Casa Palacio de los Verdugo.
(09/06/2018)